El DDRS ha cogido mucho protagonismo estas últimas semanas,
pero el protagonista de la temporada ha sido los escapes y su posición.
El año pasado Red Bull arrasó
con sus escapes soplando al difusor trasero, lo que se llamo difusor soplado.
Esta técnica consistía en pocas palabras, en colocar los escapes del motor
lejos de su posición natural, mucho mas bajos, justo sobre el fondo plano, y
mirando hacia el difusor. Aunque se perdía un poco de potencia en el motor, con
la ayuda de unos mapa motor diseñados para seguir quemando gasolina, y por ende
soplando aire sobre el difusor incluso en fase de frenada y sin presión del
piloto sobre el acelerador, se conseguía unos aumentos espectaculares de agarre
aerodinámico en la parte trasera del coche. La FIA lo declaró legal durante el campeonato,
con algún que otro amago de ilegalización, pero decidió prohibirlo para esta
temporada y las siguientes, estableciendo unas normas muy específicas de en que
área del coche debían estar los escapes, con el fin de que no tengan efecto aerodinámico
alguno.
Con las restricciones actuales es imposible hacer que los
escapes soplan directamente sobre el difusor. Deben sobresalir del cuerpo del
coche, y estar 25 cm sobre el plano de referencia (plano inferior del coche). Además
ningún cuerpo puede colocarse encima de ellos modificando la forma de la pluma
del aire que expulsan. Tienen un rango de grados mínimo y máximo hacia arriba y
hacia fuera del coche, marcado por la normativa. En la siguiente imagen podéis
ver la pluma teórica de los escapes dentro de los rangos permitidos por el
reglamento, es decir lejos del difusor.
.
A pesar de esas normas tan específicas los equipos han
encontrado la forma de hacer que estos tengan un cierto efecto, y esa
configuración se ha denominado escapes tipo coanda inventados por McLaren.
¿Cómo son? Ahora os lo cantamos.
Lo que se persigue hacer ahora es que en la medida de lo
posible el escape sople en los extremos del difusor, sellando el chorro de aire que circula
a través de él para evitar cualquier pérdida, y evitar que la estela de aire de
las ruedas entra en el mismo, lo cuál es un efecto indeseado. Además se consigue
incrementar algo el flujo de aire que pasa por el difusor, con la parte (no
todo) del escape que entra en el mismo.
El efecto coanda es la tendencia de un fluido (en nuestro
caso el aire caliente saliendo del escape) saliendo en un chorro (jet en
inglés) de permanecer próximo a las paredes del contorno, incluso si la
dirección de la pared se curva separándose del eje del chorro.
En la siguiente imagen podeis ver la forma de estos escapes.
Como podéis ver en la foto, el escape esta entallado dentro
de un canal que busca favorecer que el aire rápido que circula por encima de la
superficie del capó motor direccione hacia abajo la pluma del escape. Además el
extremo final del canal se curva hacia abajo, lo que provoca por el juego de
presiones en el coche (mayor arriba, menor abajo) que la pluma del escape sea absorbida
hacia abajo, de forma que no sube como en la imagen teórica anterior.
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